viernes, 29 de agosto de 2008

La danza de la viuda negra


Escribir sobre el Perú constituye actualmente un verdadero desafío, y lo es más si junto a ello se exorciza a los demonios que cohabitan caprichosamente el tejido de nuestra realidad y la interpretación creativa que de ella hacemos. Al parecer, Walter Lingán siempre tuvo presente esta premisa, pues sus cuentos tienen mucho de aquella experiencia inigualable que es aprovechar los detalles reales y sobrenaturales del ande peruano, su lugar de origen, pero también exhiben muy bien el estremecimiento y el mensaje producidos por estas experiencias que, en su estro, prosperan con maestría desde la asimilación inconsciente hasta la plasmación vehemente. El Perú es un lienzo que concede múltiples recreaciones, y Lingán es un artista que no deja escapar nada: excelente trazo lingüístico, ambientación de primera mano, plasticidad técnica, realismo ineludible, temática vigente, simbología sugerente, denuncia social… La danza de la viuda negra (2da. edición, Arteidea editores, 2008) bien merece integrar la nómina de los mejores libros de narrativa peruana publicados en los últimos años. (Ricardo Ayllón).

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